Para que entiendan la gravedad del asunto, a continuación prosigo con un informe detallado de las características principales de los personajes antagonistas de nuestra zoociedad.
Grupo I
- Visten pantalones de tubito.
- El macho, posee las bolas necesarias para pintarse el bigote con agua oxigenada.
- Se desplazan en motos y/o metro mayormente.
- La hembra es denominada por el macho como "la que talfi" (del francés: "la quetalfier").
¿Aún no saben de qué zoo-tipo les hablo? Aquí va una más:
- Acuden frecuentemente a matinés en Chacaito, donde hacen una especie de ritual étnico con un ruido que dieron a conocer como "Changa ...... " de "La Máquina Latina".
Pues sí, ¡les hablo de los tukkis! Ese grupo que atrae más y más seguidores por tanto estilo que brota de sus cuerpos, vestidos con lo último que trae la Nike al mercado del Cementerio, pantalones que cortan la circulación del pie, zarcillos de fantasía, y el clásico bolsito pegadísimo espalda, todo un monumento a la distancia y categoría, luciendo una cabellera peinada con un "Sayayin" usualmente acompañado por mechas amarillas.
Ruego por mis disculpas a todos los lectores tukkis o dolientes, pero tenemos que ser honestos. Les pido, a los demás lectores ajenos al clan, que sean convalecientes con estos muchachos (as) tukkis, ya que podrían ser comparados inclusive con los monjes, por la labor heróica de andar vestidos por el siglo XXI de una manera tan subrealista. Seamos honestos, señores, la ropa tukki es la vestimenta del mañana.
Según los Tukkólogos (personas estudiosas de la tukkilogía), existe la creencia de que si matas a un tukki, éste se divide en dos, y ahora tienes dos tukkis. Lo que previene cualquier intento de extinguirlos. Pertenecer a este bando requiere dominar a la perfección el lenguaje de los malandros. Cuando un tukki quiere decir "mi novia tiene puesto unos zapatos muy bonitos" sería traducido literalmente como: "mi jevita lo que polta es unos pisos de lo más calteluos a tres tablas won". Esto, sin agregarle los accesorios clásicos: la perinola y el celular con changa a todo volúmen.
Vemos pues, el recorrido que hemos hecho por las más impresionantes cuestiones de nuestra propia zoología, vista desde uno de sus bandos. Ahora vamos al personaje antagónico.
Grupo II.
- No pisan el metro, ni porque ocurra un ataque nuclear, y cuando lo hacen, se lo cuentan a todo el mundo.
- "Somos tu y yo", causó revuelo en sus mentes, lo que trajo como consecuencia el sobre uso de una palabra: osea, que se usa para sustitur cualquier otra palabra. Osea, como un impostor del castellano.
- Ir al centro de Caracas, es como ir a la luna.
- El macho debe necesariamente tener un carrito "de pinga".
- La hembra debe necesariamente haberse puesto lolas o estar entrando al quirófano para ponérselas.
¿Nada todavía? Sigamos:
- Su ambiente natural es el Centro San Ignacio o el Centro Paseo El Hatillo.
-Si no tienes Facebook, es como si no hubieras nacido. Podrás tener cédula, pero el Facebook es más importante.
Pues sí, nuestro segundo grupo son Los Sifris, seres super nice que glorifican al Ipod Todopoderoso. Son extranjeros viviendo en Venezuela, pobrecitos, incomprendidos por todos los sacrificios que aquí hacen. ¿Cómo vivir sin un SevenEleven?. Aman cualquier cosa que tenga las letricas U.S.A precedidas del "made in".
El sifri macho común sube cerro es cuando tiene que hacer ejercicio. Su oído es alérgico a la música criolla venezolana y cuando la oye se desorienta porque cree que está de viaje y comienza a darle golpecitos al Ipod porque cree que se quedó sin pila. Aman con locura lo nuevo. Saben al pelo en qué municipio queda Disney, pero no tienen ni idea de cómo llegar a Barinas. Su vestimenta varía según los gustos, pero el sifri sigue el lema de que marca es marca.. lo demás es monte y culebra.
Los Sifrinólogos (aquellos seres que dedican su vida a estudiar la Sifrinología) destacan que la característica más relevante es que son pantalleros. Les encanta ser sufridos. Si matas a un sifri, cometiste un error ¿ok? porque seguramente llegarán los de CSI a tu puerta y te arrestarán. Además, los sifris de ahora gozan desde chiquitos sifrinmunología, que los proteje de cualquier contacto que tengan con una persona niche.
El sifri tiene tendencia a consumir cualquier cosa que diga "light". De hecho, si le colocas al frente una piedra que diga light, lo más probable es que te la compre y se la coma. Así mismo, gozan de un lenguaje propio en códigos peligrosísimos. Si usted quiere decir "No estoy de acuerdo contigo" deberá gesticular: "helloooo... osea niño búscate una vida en google".
Es por esto y otras cosas más, que parar a un tukki frente a un sifri provoca la hecatombe de nuestra zoociedad. Lo mejor de todo sería meterlos en un cuarto y ver qué sucede. Se quedarían viendo, burlándose uno del otro, sin hablarse porque ambos saben que no se entenderían. Hasta aquí entonces, esta humilde antología de los personajes más interesantes de nuestra zoociedad. Sea tukki, sea sifri... sea lo que usted quiera ser, aquí en Gracias al Ocio, nos burlaremos de usted.