sábado, 20 de septiembre de 2008

Derecho a Morir


Una mañana me despertó el sonido atorrante del timbre de mi casa. Abrí los ojos, poco a poco, para que la luz que entra por la ventana no me dejase ciego. Tantié con los pies el piso frío en busca de mis alpargatas, justo cuando sonaba el timbre por segunda vez. Imaginé que debía ser la conserje del edificio anunciando que iba a quitar el agua.

-Yaaaa voooooy-

Vestido con la pijama y luciendo una fabulosa cara con peinado mañanero, abrí la puerta. Apareció parado frente a mi un hombre con chaquetica barata con el logo de una empresa, camisa blanca percudida, pantalón caqui, zapatos sucios y un maletín desgastado. Debajo de esa vestimenta se esconde una persona normal, pero había sido el afortunado ganador de una loca lotería. Esa mañana había cometido un error, abrir la puerta y separado por sólo un escaso metro, tenía un terrible e implacable vendedor.

- Muy buenos días señor - destacó con una enorme sonrisa.

- ¿Qué tal?, ¿en qué le puedo ayudar?-

- Ayúdeme más bien a ayudarlo a usted, mi estimado amigo.-

- Mmmm... De acuerdo.-

- Usted parece ser una persóna dinámica, actual, consiente de todas las tendencias, ¿cierto?.- Una de las características de los vendedores es que hace 2 minutos que hablas con ellos, ellos ya te conocen de toda la vida, inclusive sin saber tu nombre.-

-La verdad es que sí. Tengo la tendencia a quedarme dormido con los que tocan mi puerta un sábado.-

- No se preocupe, que hoy estoy aquí para cambiarle un aspecto de su vida.-

- ¿Va a darme plata?-

-Inclusive algo mejor. En esta época que estamos viviendo, ¿no siente usted que nuestros derechos están siendo reducidos e inclusive nuestras libertades, tan simples como nacer o morir a placer, se ven disminuídos con las políticas de algunas personas?.-

-Tiene razón, a veces tengo la impresión que no me dejan seguir durmiendo.-

-Ya veo que me está entendiendo, usted es una persona razonable, entonces, ¿no le gustaría tener esa oportunidad de morir cuando le plazca?, ¿sin tener que cumplir toda una parafernalia?. Sólo imagíneselo, parece imposible; pero con lo que yo le traigo esta mañana, puede ser todo suyo.-

- Me está diciendo que usted me va a vender ¿qué?-

-¡Pues su Derecho a Morir!. Simple, donde usted quiera, cuando usted quiera, como usted lo pida, tenemos planes pensados para su satisfacción.-

-¿Y cómo podría estar satisfecho, si ya estoy muerto?-

- Precisamente, al morir, ¡usted estará satisfecho!, se lo garantizamos. Usted sólo debe firmar un contrato en el que nosotros le entregamos totalmente el servicio de "Una" muerte.

- ¿Y qué tengo que dar a cambio?-

- Una módica contribución monetaria, que si bien lo piensa, no significa nada ante lo que está recibiendo: El completo derecho a morir plácidamente.-

- ¿Usted ya tiene ese derecho?-

- Claro, no dudé ni un segundo en comprarlo, para estar más tranquilo.-

-Yo creo que usted tiene muchas ganas de usarlo hoy. ¿Qué le parece aquí parado frente a mi?-

-La verdad, no mucho.

-Entonces... le sugiero que se aleje de mi puerta... y que vaya a venderle el derecho a morir... a la madre que lo parió!!!!.

Addenda: Honestamente, la foto no tiene nada que ver con lo que trata el texto; pero por más que busqué una imagen, no conseguí nada. Como cualquier blog grande que se respete, también tengo un caricaturista, pero está de vacaciones. Como siempre, gracias a las personas que se han sumado como lectores del blog por sus comentarios tan positvos y a los viejos que me han dado apoyo para seguir con estos textos locos.

No hay comentarios.: