Sonaban las gotas de agua al estrellarse con la cerámica barata que alcanzaron a comprar. Marcos se enjabonaba el pecho, o al menos, lo intentaba. Estaba distraído pensando en la vida que llevaba desde hace dos años. Había sido infiel tantas veces como gotas caían de la regadera. Prácticamente se había convertido en un amante de profesión, y su trabajo "verdadero", la coartada, había llegado a ser sólo la excusa perfecta para no estar en casa a tiempo.
Aquella misma casa que a veces usaba menos que la habitación de cualquier hotel; quizás para darse una ducha y buscar una muda de ropa limpia.
Absorto en su propio mundo, Marcos volvió en sí cuando oyó el estruendo que hizo Marta al abrir de par en par la puerta del baño.
-¿Qué pasó vale?, ¿porqué entras así?-
-¿Qué pasó vale?, ¿porqué entras así?-
-Perdón, su alteza. Míra vale hazme un plis. Pásame el champú que está ahí en el estante.
-¿Y qué pasó con el que está allá?-
-Me lo gasté todo, mamita, cuidando este pelito de ensueño.-
-Verga, cuidado con una modestia. Aquí está, agarra rápido que no me quiero mojar.- Por un momento sólo se oyeron las gotas caer.
-Oye gordita ¿estás ahí todavía?-
-Oye gordita ¿estás ahí todavía?-
-Sí coño... me llamó la atención una mancha que tienes en la ropa, parece como brillo, y del barato... ¿Tú como que andas puteando Marcos o qué?-
-... es que estos carajos si joden. Coño Martica, mi cielito, esos fueron los tipos del trabajo vale, que andan con un chalequeo todo el tiempo. No le pares que fueron ellos para echarme vaina.-
-Ahhh ya... claro vale y yo tengo cara de pendeja. Cuidado con una vaina Marcos Guillermo.-
Marta, sumisa, salió del baño dando un portazo, casi tan rápido como cuando entró. La casa volvío a quedar sumergida en el silencio.
Al cabo de un rato, Marcos estaba ya fuera del baño y como si estuviese estrictamente planificado, sonó su celular: 1 Mensaje de texto nuevo. Hay mucho trabajo pendiente, necesito urgente que traigas esos papeles, la oficina está sola, parece que hoy no vamos a poder salir temprano.
Apareció la señal y Marcos tuvo que apurarse. No le dió la más mínima importancia a la discución con Marta, quien tampoco se preocupó mucho al verlo salir. Quizás era la oportunidad que ella necesitaba para enviarle la señal a su amante, quizás no.
Tal vez, con las colas de Caracas, Marcos tardaría más de media hora en llegar. Suficiente tiempo para que Lorena, su jefa (la queridita) preparara la oficina para una ardua noche de trabajo (sumas, restas e inclusive.. multiplicaciones) y pusiera todo en orden: la botellita de vino tinto chileno, el que causa sensaciones en la boca, el escritorio con vista directa a la noche caraqueña... y sólo faltaba que el empleado del mes llegara... a poner los papeles en su lugar.
Addenda: ¿No entendiste un zipote de la historia y la cabeza te mata por saber dónde está la Primera Parte? En la sección "Los archivados", ve directamente a Enero de 2008. Justamente ahí está el comienzo. Como anécdota puedo contarles que pasaron 9 meses entre los dos textos, y además que el primero está escrito en 1era persona y éste último está en 3ra, cosa que no me había fijado hasta ahorita. Mil gracias, como siempre.
3 comentarios:
Anonimo 25
Sin duda un post cargado de mucha realidad cotidiana...
la pregunta, ¿Sera un reflejo del escritor? ¿o alguna fantasia escondida?
Cualquiera que sea la respuesta...una lectura muy interesante!!
Coño pana, tremenda forma de continuar la historia, vamos a ver que tal sigue. Dale al blog que vas del carajo.
Carlos E. González A.
ME ENCANTÓ... muy buena historia... ambas formas de relatar la historia, desde adentro y luego como observador... QUIERO SABER QUE MÁS PASARÁ!!! jejejeje... Saludos!
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